Santiago de Compostela es lugar de peregrinaje común,
aunque existe otro lugar visitado... ¡con más frecuencia aún!
En cada centro de trabajo, una máquina del café siempre hay,
pero es que resulta lo más imprescindible, ¡qué caray!
Es la máquina del café punto de encuentro... genuino y especial,
ya que ejerce desde luego las funciones... ¡del mejor club social!
El trabajo no te motiva en exceso, aburrido estás,
piensas en la máquina del café... ¡y para allí que vas!
Alrededor de este aparatejo se forma un corrillo,
en el que surgen rumores... ¡y cotilleos a porrillo!
Sin duda es tan exagerado el nivel de habladurías,
que lo allí acontecido... ¡recuerda a las verdulerías!
También en dichos momentos... para la crítica hay espacio,
porque gusta despellejar a otros… ¡a fondo y despacio!
Mas si tu tiempo es ciertamente limitado y vas con prisas,
podrás aprovechar no obstante... ¡y disfrutar de unas risas!
Ocurre que pierdes la noción del tiempo con tanta “charleta”, (*)
y llevas un par de horas sin trabajar... ¡echándole jeta!
Aunque lo más estrambótico es... el hecho del que ahora doy fe:
se te olvidó sacar de la maquinita... ¡el dichoso café!
Ríndamos merecido homenaje a este ilustre artefacto,
capaz de distribuir un capuchino... ¡y café torrefacto! (**)
Y no se trata únicamente de una simple maquinucha,
pues con su posición estratégica... ¡muchos secretos escucha!
(*) Charleta (término coloquial) = Charla.
(**) Café capuchino y café torrefacto son distintos tipos de café (el café capuchino se corresponde propiamente con una receta).
