Hablemos de una profesión... que no se valora como debe,
pues los pobres reporteros... ¡se mezclan con la plebe!
Aunque se produzca terremoto... e incluso terrible huracán,
agarran su preciado micrófono... ¡y para allá que van!
Muchas inclemencias meteorológicas... el reportero experimenta,
desde el pegajoso calor... ¡a la torrencial tormenta!
Y cuando les dan paso en directo... mientras cae un aguacero,
aparecen con paraguas... ¡llevando un chubasquero!
Los reporteros del corazón disponen de gran aguante, (*)
porque reciben de los famosos... ¡desplante tras desplante!
Realizan preguntas... con denodada insistencia,
y reciben por respuesta... ¡la mayor indiferencia!
Si dicho profesional cubre una manifestación tumultuosa,
puede llegar a convertirse… ¡en diana apetitosa!
Al sufrido reportero en estos casos... de todo le pasa,
y hasta puede que resulte... ¡engullido por la masa!
Los valerosos reporteros de guerra... se juegan el pellejo,
así que hacia ellos... ¡mi respeto y admiración dejo!
Se cuelan en primera línea de las distintas batallas,
demostrando bien a las claras... ¡tener muchas agallas!
En el fondo el reportero... es algo kamikaze, (**)
y ello así acontece... ¡porque le gusta lo que hace!
Si en algún momento usaste todo tu valor entero,
al menos durante esa vez... ¡fuiste reportero!
(*) Reporteros del corazón = Reporteros de la prensa rosa.
(**) kamikaze (coloquial) = Persona que se juega la vida realizando una acción temeraria.
Grandes reporteros hemos tenido en España.
ResponderEliminarDesde Pérez Reverte, corresponsal de guerra, nuestro entrañable Matías, el gran Hermida y como no el gran José María García, todos en sus inicios pasaron por llevar el micro en la mano.
Me ha gustado y como decía la Pantoja, dientes dientes que es lo que les jode, jajaja