lunes, 18 de diciembre de 2017

Tardón

Afeemos desde ahora la conducta a un sujeto
que de forma repetitiva… ¡nos falta al respeto!
No hace falta para ello que él mancille tu honor,
pues las acciones del tardón... ¡aún son peor!
 
Quedar con un tardón resulta... amarga aventura,
puesto que él siempre toca... ¡la misma partitura!
Con su fea costumbre... tus planes trastoca,
por no llegar nunca... ¡a la hora que le toca!
 
Cuando le ves aparecer, se te revuelven las tripas,
ya que llega tan tranquilo... ¡comiendo unas pipas! 
Ni siquiera se sonroja, y todavía menos pide perdón,
porque caradura tiene de sobra... ¡el molesto tardón!
 
Con un tardón puedes emplear el más pícaro truco,
aunque quizá él pueda pillarte... ¡porque es muy cuco! 
Si deseas citarte con él a una determinada hora,
dile que es un rato antes... ¡y evitarás su demora!   
 
Además a sí mismo... el tardón se contradice,
pues si el que tarda eres tú... ¡entonces te maldice!
Sin duda merece probar... de su propia medicina,    
e imponerle así a la fuerza... ¡la debida disciplina!
 
Lo de “tardón” puede parecer... excesivo calificativo,
así que usaremos un término... ¡menos provocativo!
En su lugar llamémosle “impuntual”, que conste en acta,
y ablandar su corazón para que acuda... ¡a la hora exacta!

2 comentarios:

  1. Hoy voy a ser breve pues no quiero hacer esperar, porque de los tardones hasta los cojines y si lo quieres suavizar con impuntual con ellos al canal, pues como ya he dicho no me voy hacer esperar.

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  2. En este caso, Don Andrés, en absoluto ha pecado Usted de tardón, pues su comentario en el blog ha tardado bien poco en aparecer.

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